Cuando voy al Mercadona y veo un cartel amarillo de "Nuevo", me lanzo sobre el producto como si se me fuese la vida. Y me da igual lo que sea, yo lo meto en el carro, tengo que probarlo todo. Hace unos meses fui y compré un nuevo fiambre de pechuga de pollo asado. No tenía ni idea de que haría con él. Primero pensé en ponerlo en una ensalada, luego en pitas, para comerlo tipo kebab pero al final, se me fue olvidando que lo tenía en la nevera y acabé haciendo una quiche con prisas y a lo loco, jajajaja....
El invento fue todo un éxito. Mi hijo y mi marido me dijeron que les había encantado. Así que la semana pasada compré el fiambre, esta vez para usarlo a conciencia, para repetir la quiche y subirla al blog. Una receta tan rica y tan fácil no se podía quedar fuera del recetario...