Hacía mucho tiempo que tenía ganas de preparar el típico pavo relleno americano, el que se hace en Acción de Gracias y Navidad. Empezamos a bromear con una amiga del trabajo sobre celebrar Acción de Gracias, y entre risas y bromas, cuando me di cuenta, ya tenía el árbol de navidad montado y estaba llamando al carnicero para encargar el pavo. Total, que nos juntamos una amigas el jueves pasado para celebrar esa tradición tan especial para los americanos, y tan desconocida para nosotras. Fue una cena muy divertida y con muchas risas. Era como si en Estados Unidos, les hubiese dado por celebrar el día de Reyes.
Como jamás había cocinado el pavo de esta manera, tuve que mirar una docena de videos de Youtube y otra docena de blogs para poder llegar a una receta tradicionalmente americana y que a mi también me gustase. Así que, cogí lo que más me gustó de cada una e hice mi propia versión.
A medida que lo iba cocinando, no apostaba para nada por el plato. Pensé que no me iba a gustar nada y que no habría salido ni medio parecido al original. Cuando me serví el plato y vi esa mezcla de colores, olores, texturas y sabores, ¡me encantó! Pero a medida que me lo iba comiendo, aluciné de lo buenísimo que estaba todo. La mezcla es perfecta, desde mi punto de vista, ¡MARAVILLOSO!
Mis amigas quedaron encantadas, les pareció delicioso todo, y de hecho, todas repitieron. Aunque no sé si fue porque realmente les gustó o porque el pavo tardó tanto en hacerse que las pobres estaban muertas de hambre (eso nunca lo sabré😂).
Tengo que decir, que ese mismo día me llegó la cámara fotográfica nueva, y sin leer ni mirar el manual, me puse a hacer las fotos, cruzando los dedos para que saliese alguna decente. Todavía tengo mucho que aprender de esta cámara, pero las que hice, más o menos, salieron bien.